Es mucho más difícil echar una buena, prolongada y honesta mirada hacia nosotros mismos. Vernos como realmente somos, y no como pretendemos o imaginamos ser. A veces podría no gustarnos lo que encontramos. A veces podríamos desear huir, o cerrar nuestros ojos, o apresurarnos hacia la siguiente distracción y ponernos una aceptable máscara de 'normalidad'.
Pero en el momento en que decidimos mantener nuestros ojos abiertos, una honesta conversación podría comenzar. Los aspectos 'positivos' o 'negativos' de ti, lo deseable y lo indeseable, lo sagrado y lo profano, no son una guerra, simplemente desean ser integrados dentro de una perspectiva mucho más amplia que la del Yo, una que logre encapsular a toda la humanidad, una que contenga a todo el universo en la palma de su mano.
No existe ningún 'yo bueno' que esté en guerra con un 'yo malo', hay infinitos
'yoes', una interminable cantidad de ríos fluyendo hacia un vasto e indefinible océano de consciencia, ninguno de ellos en guerra, todos ellos como una contribución única a la inmensidad.
No hay ningún yo, ya que tú acoges cada posible yo dentro de tu infinito abrazo, y entonces, la compasión no sólo se hace posible, sino que se lleva a cabo sin esfuerzo alguno.
Jeff Foster
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