20 de febrero de 2015

Siempre has estado en descanso, amigo...


El pensamiento jamás llegará a ser feliz. Por naturaleza es inquieto, siempre se mueve, siempre anda en busca de algo que no puede alcanzar. Incluso cuando llega a resolver algún problema, muy pronto, surge el siguiente.

El pensamiento siempre está intentando completar 'mi' historia, corregirla, protegerla con bastante cuidado, llegar a una conclusión, llevar la película hacia algún tipo de resolución, pero la historia resulta interminable y tampoco tiene ninguna conclusión, ya que todo es transitorio, sujeto al cambio y así, la búsqueda sigue y sigue.

El pensamiento jamás encontrará la permanencia que tanto anhela. El pensamiento jamás se sentirá feliz, aunque de manera momentánea pudiera llegar a concluir que 'yo soy feliz'. Esa es su naturaleza.

Y por eso, tal vez en un momento dado, se da una especie de desilusión general con respecto al pensamiento, una pérdida de fe en él, y una desconfianza en su supremacía. La atención, entonces, es retirada del pensar, de aquello que es incansable, inquieto y siempre cambiante, para depositarla

en TI.

Hay algo aquí, anterior al pensamiento, que está eternamente presente, siempre en descanso, siempre observando en silencio, y acogiendo al pensamiento mientras éste lucha por hacerse permanente y feliz. Eso que observa el pensamiento no está hecho de pensamiento.

Con toda tu ternura arropas el pensamiento mientras él mismo se desgasta buscando su hogar. Tú eres el abrazo del pensamiento.

El pensamiento nunca será feliz, sin embargo, siempre podrás recordar esta felicidad natural - también conocida como Tú - en donde los pensamientos tienen la libertad de surgir y desaparecer, este abrazo natural de todas las olas en el vasto océano cósmico. Lo que eres, más allá de todos los conceptos de felicidad e infelicidad, es ilimitado y eternamente presente, e incluso la exhausta búsqueda del pensamiento de algo que ni siquiera puede nombrar, está profundamente permitida para llegar, descansar e irse en tu inmensidad.

Siempre has estado en descanso, amigo. El hecho de que el pensamiento jamás será feliz es tu perfecta desilusión y tu perfecta liberación.


Jeff Foster

(Imagen: Fernando Blendl)




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