¿No te recuerda eso, amigo lector, al funcionamiento de una empresa? En efecto, es nuestra infancia la etapa en la que comienza nuestro adoctrinamiento.
La familia, esa figura que se ha encargado durante siglos de transmitir valores y conceptos éticos y morales a las generaciones siguientes (de aquí conceptos tan generales como: ”A mi de pequeño me enseñaron que…” o ”A mi mis padres me enseñaron que…”) . De todo lo que nos han inculcado en la vida, la familia (o al menos la mayoría de estas) es quizás el único concepto sano y natural que hay en nuestro día a día. ¿O quizás debería decir ”había”?
Seguro que muchos os habéis percatado de la deformación del concepto familia que existe por parte de los medios. Vayamos por un momento al ámbito de la publicidad: En la década de los 80s y los 90s era muy común ver en los anuncios almuerzos, comidas y cenas familiares; en general las familias eran las protagonistas del anuncio de cualquier empresa. Hoy en día, en cambio, solemos ver una figura maternal ocupada, y la ausencia de una figura paternal (dando por supuesto que esta en el trabajo o apunto de irse).
Es como si las grandes empresas y las entidades que mueven dinero supieran que una parte de la educación más importante cómo individuos se halla en el entorno familiar, por consiguiente parece que estén poniendo todos sus esfuerzos para publicitar un modelo de familia divorciada en todos los aspectos de la palabra.
– Aquí quiero hacer un pequeño paréntesis: es correcto atribuir importancia a los conocimientos a partir del esfuerzo aplicado para adquirirlos, y por ello dar reconocimiento a todas las personas que han dedicado su vida a estudiar algún ámbito con devoción e ilusión. El problema reside en que sin enterarnos los grandes poderes que controlan nuestra sociedad han monopolizado los conocimientos que podemos adquirir a nivel académico ( es decir se da por supuesto que solo si te has sacado una carrera puedes hablar de ciencias) y lo que es peor aún: se ha monetizado el saber; de tal forma que una persona sólo podrá obtener ” conocimiento” ( es decir, una carrera) si tiene el poder adquisitivo suficiente para ello, siendo la devoción académica y la ilusión relevadas totalmente del ámbito académico.
Es aquí, amigo lector, cuando ponen el último candado a nuestras cadenas. Es aquí, insistiendo, cuando ya somos nosotros mismos totalmente sometidos a las inculcaciones de toda nuestra vida, los que nos empezamos a regocijar en nuestras cadenas sin darnos cuenta: Empezamos a pensar que regalar 8 horas de nuestra vida (o más) a una empresa no sólo es necesario, sino también dignificante. Empezamos a naturalizar que nuestro sentido en la vida es cotizar sin ni siquiera pensarlo de forma racional. Aquí es cuando empiezan a pasar los años pareciendo meses, esperando sólo con ilusión el último día de cada mes. Y si viniera una persona a nuestros 50 años y nos dijera que hemos perdido el tiempo; nuestro cerebro, inconsciente, se encargaría de poner como excusa un: ”No soy yo el que ha perdido tiempo de mi vida, eres tú el parásito de la sociedad que no aporta su mano de obra para alimentar al sistema”. Son muchas las personas que después de decir esta triste autojustificación se quedan satisfechas y no otorgan ni un minuto de reflexión a unas palabras que quizás si las pensáramos todos o les diésemos una segunda oportunidad, nos ayudarían a desesclavizarnos y darle un sentido propio a nuestra vida; porque no malinterpretemos: En un colectivo construido de forma sana, es positivo que cada uno ponga su grano de arena para el crecimiento de este, si tiene objetivos nobles tales cómo la protección de sus habitantes y el cuidado de los individuos que participan en el colectivo; pero si la sociedad algún día fue algo así, dejó de serlo hace mucho tiempo, ya que es muy diferente cooperar a vender nuestras vidas a precio de 5 monedas la hora.
Me gustaría, amigo lector, que este texto sirviera para que te preguntes si realmente estas de acuerdo en utilizar tus horas de vida de la forma en que lo estás haciendo ahora mismo. En caso que estés satisfecho, no hay debate, pero en el caso contrario no le des poca importancia a una hora, ya que estas conforman la columna vertebral de tu vida, desde la primera, hasta la última; y estamos seguros de que cada una de las tuyas vale más que 5 monedas.
Equipo de Notanlejos.
Artículo escrito por Gess Martínez
https://granmisterio.org/2016/02/25/la-sociedad-humana-es-una-gran-empresa-la-gran-conspiracion-social/#more-18397
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