Como particularidad más específica del átomo decir, que en él anida el don de la creatividad, el principio de la vida, la enseñanza gnóstica, el Todo, el Absoluto.
Bien es cierto que, por ahora, la única evidencia científica que tenéis del átomo es puramente deductiva. Sin embargo, observando el comportamiento de sus partículas, es posible conocer mejor el átomo por sus efectos sobre otras partículas y, a la vez, intuir los principios de la energía radial que se encuentra en todo el Universo. Con respecto al fractal, éste es un modelo de estructura conque la Naturaleza se sirve para procurar una transformación al nivel evolutivo.
Sabemos, que las formas de los fractales son siempre réplicas de sí mismos, por lo que ampliando una de sus zonas, seguiremos viendo la misma forma y a una nueva ampliación, le seguirá la misma pauta, igual semejanza. Y cualquier parte de su estructura va a aparecer idénticamente igual a la estructura global.
Conocemos también, que el cerebro humano consta de dos hemisferios. Uno, el intelectual que es el del movimiento, el de la acción-reacción y otro, el de la intuición que es el del pensamiento trascendente, inspiración o creatividad
en suma.
Estos dos hemisferios, forman parte de la dualidad del Universo, tanto del infinito grande como del infinito pequeño. En realidad, dichos hemisferios son la clave de la participación atómica a un nivel infinitesimal vía fractal.
A través del fractal y de la participación de la Energía que invade todos los cuerpos, tanto visibles como invisibles, se equilibra esa dualidad. La relación Causa y Efecto, forma parte de ese simbólico par y nuestro objetivo en la vida es, sin duda alguna, el equilibrio para llegar a la comprensión profunda, a la creatividad, al Absoluto.
Recordemos que el átomo pertenece al Espacio Uno, que es el correspondiente al mundo tridimensional o físico y el fractal al Espacio Cero o mundo adimensional, imaginativo y absoluto, por el que transcurre, a su vez, un mundo físico tridimensional o Espacio Uno.
El fractal, si bien puede parecer que sigue un procedimiento muy complejo o complicado, en definitiva es muy sencillo. El mismo, parte de una premisa importante y clarificadora, cuál es, poder equilibrar dos partes superpuestas de una misma realidad: materia y espíritu. Por materia podemos referirnos al pensamiento intrascendente, al concepto de causa y efecto, acción y reacción, blanco y negro, positivo y negativo, etcétera.
El pensamiento trascendente se da por añadidura cuando, al nivel consciente, nos damos cuenta exactamente del grado de realidad o de irrealidad en el que vivimos. Por supuesto, que la Realidad se da al ser conscientes, en cualquier instante, del concepto vivencial o existencial.
Por otra parte, el pensamiento intrascendente deberá reconocer, algún día, que es intrascendente, que es ilusorio, que es circunstancial y, por lo tanto, predeterminado. Y en ese momento, el ser humano alcanzará un grado de posicionamiento psicológico determinado, permitiéndole vislumbrar, como si de un gran fogonazo iluminador se tratara, que la realidad que está buscando en su vida, en su existencia, los porqués de su existencia, no existen. Tan sólo tienen cabida en su ilusorio estado mental u oscurantismo secular.
Sin ese par de opuestos que forman parte de la dualidad universal, el mundo físico tridimensional no sería posible. Como tampoco tendría razón de existir el Espacio Cero y, por lo tanto, nada existiría.
La pregunta es si el fractal actúa como consciencia para restablecer el equilibrio en la dualidad. La respuesta es sí. Por cuanto el medio por el cual el fractal los armoniza es por la comprensión profunda, largueza, perseverancia, humildad, coherencia. A partir de estas premisas, el fractal actúa por sí mismo en función de sus propias órdenes. Éstas, lógicamente han revertido a través de dicha lógica y coherencia y de unas necesidades propias. Y que le son propias a través de su propia autoconciencia.
En la moderna tipología cuántica, entenderemos que el fractal es el Bien Amado, el Absoluto, el Creador, el Omnipresente, Dios.
Podríamos participar de ese conocimiento, aquí y ahora, basándonos en conceptos superiores en razonamiento y exposición de ideas y hablar, asimismo, de matemática, de geometría, de altas cotas numéricas o algebraicas. En el fondo, todo cuanto pudiéramos enunciar, explicar, informar, referenciar, únicamente engrosaría vuestro conocimiento adquirido y éste no es el caso, pues poco ayudaríamos en la comprensión profunda. Ciertamente y en el fondo, ese conocimiento ya lo poseéis.
De cualquier forma, iba a resultar muy difícil, llegar a comprender el significado intrínseco de la propia intuición. Como también el origen de Dios o Absoluto y el significado de la Nada,
Podremos deducir con ello, que habrá algunos aspectos en los que nuestra mente racional no tendrá acceso y, por lo tanto, mejor cesar en el intento vano de entender por ese medio. Ya que la búsqueda de dicha comprensión, nos va a llevar por caminos laberínticos muy difíciles y retrasar así nuestro ascenso indefinidamente.
Sí, podemos pensar en el traspaso adimensional, denominado viaje astral, que no es otra cosa que una experiencia en el microcosmos. Un mundo partícula múltiple, en el que es posible reconstruir fidedignamente un mundo infinito de percepciones. Un mundo existencial. Un mundo condicionado también por unas determinadas reglas. Los mundos partícula son, a su vez, réplicas exactas de los mundos en el Macro Universo.
Así pues, la mecánica cuántica va más allá de la materia y, por supuesto, del átomo. Existiendo un microcosmos formado por fractales y en donde se halla todo un mundo infinito de percepciones. A través del fractal y de la visión estereoscópica, en la ensoñación, en la meditación, en la reflexión, etcétera, hallamos también puntos de referencia con la Realidad.
Sin embargo, la mente humana se verá impedida de conseguir más y mejores procesos de perfeccionamiento y regeneración al nivel psicológico, hasta tanto no consiga traspasar el umbral de la materia, racionalmente hablando. Aunque físicamente, sea imposible penetrar en dichos micro mundos de partículas, ya que la cuántica no obedece a ley alguna de tipo material o físico. Su particularidad principal estriba en el concepto emocional, mental e intelectual superior.
Únicamente en función de esos parámetros, se podrá llegar a comprender, algún día, la necesidad de saber aprovechar la Energía, que de hecho nos retroalimenta, para seguir ascendiendo por esa montaña infinita de la Comprensión. Con Amor. Alux-Pen.
Mensaje recibido por Tseyor Centro de Estudios Socioculturales. Barcelona-España.
Nuestra web: http://perso.wanadoo.es/tseyor
http://www.portaldimensional.com/el-fractal-como-punto-de-mira.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario