Deja de enfocarte en aquello que no está (es) aquí.
Cuanto más te enfocas en lo que está ausente, en lo que te hace falta en este momento, en lo que aún no llega hoy, más incompleto te sentirás, más intensa será la sensación de vacío que arde en tu estómago, y más alejado te sentirás de aquello que deseas.
Lleva tu atención de vuelta a casa, de vuelta a donde pertenece. A este momento. A la escena presente en esta gran película de tu vida.
Permítete de nuevo sentirte fascinado con el aquí y el ahora. Sal de la historia del tiempo y el espacio, de la escasez y la ausencia, y contáctate con este momento completamente nuevo. ¿Qué está presente?
¿Cómo es tu respiración? ¿Es rápida o lenta, superficial o profunda en este momento? ¿Puedes percibir las sensaciones de expansión y contracción en tu pecho, cómo tu vientre sube y baja con cada inspiración y expiración? ¿Puedes sentir la vida aquí, ardiendo en ti? ¿Qué sensaciones bailan por todo el cuerpo
en este instante? ¿Hay alguna tensión por ahí, alguna opresión, malestar, inquietud, cansancio? ¿En el estómago, en el pecho, cuello, hombros, en la mandíbula? ¿Puedes dedicar unos momentos a notar las sensaciones que surgen, a respirar en ellas, a darles espacio, sin etiquetarlas o juzgar su apariencia? Sin tratar de cambiar el momento, y más bien sintiéndote curioso por apreciar su danza...
¿Están los pensamientos muy activos en este momento, alborotados y jugueteando, o están más bien tranquilos, en paz? En este momento, ¿puedes dejar que todos los pensamientos estén aquí, todas las imágenes, todos los recuerdos, todos los sueños, todas las sensaciones, todos los sonidos, todas las imágenes visuales? Y si no, ¿puedes darle la bienvenida a tu falta de aceptación de todo esto, aceptar tu no-aceptación, rendirte a tu completa falta de rendición? ¿Puedes honrar lo que está vivo en el campo de la presencia en este momento, incluso si lo que está vivo es un gran NO a este momento? ¿Puedes sumergirte en el campo, el inmenso campo de la vida? ¿Puedes ser este campo? ¿Puedes ser lo que eres?
¿Puedes perdonarte a ti mismo por haberte agotado a ti mismo en perderte a ti mismo tratando de encontrarte a ti mismo? ¿Puedes incluso perdonar tu falta de capacidad para perdonar, amar tu falta de capacidad para amar?
Cuando te enfocas en lo que no está aquí, en lo que está ausente o se ha ido, es fácil perder contacto con el campo que acoge y sostiene todo. Es fácil olvidarte de ti mismo, y sentirte perdido, aislado, abandonado en un mundo frío y sin posibilidades.
Al recordar lo que eres, las posibilidades se abren de nuevo. Allí se revela la conexión, la gratitud y la calidez del hogar.
No puedes llegar ALLÁ a través de resistirte a lo que hay AQUÍ. Esa parece ser una ley.
- Jeff Foster
(Imagen: VeniceSadness_w By- Claudia Cala')
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