(Imagen: Robert Mullner)
Primera, nuestra verdadera naturaleza está siempre a la vista, disponible ahora, justo como uno es, y no requiere que el presunto veedor sea santo, o virtuoso, o instruido, o inteligente, o especial de ninguna manera.
Segunda, sólo esto es ver real, el único tipo de ver que es a prueba de inexpertos. Este ver del sujeto —del único que ve— es una experiencia perfecta en contraste con el ver de los objetos.
Tercera, este ver profundiza cada vez más. Penetra hasta profundidades sin fondo de nuestro ser, hasta el Abismo desde donde surge todo.
Cuarta, esta experiencia, a pesar de toda su profundidad y misterio, es
enteramente comunicable, porque es exactamente la misma para todos. Y es inevitablemente así, al ver que esta Nada no tiene nada a qué adherirse, nada sobre lo que equivocarse; no tiene nada personal o privado ¡Cuán diferente de todas esas otras experiencias que son tan difíciles!
Quinta y última, este ver está siempre disponible, cualquiera que sea nuestro estado de ánimo, lo que quiera que uno esté haciendo, sin importar cuán calmado o agitado acontezca que uno esté en ese momento. Es instantáneamente disponible, simplemente mirando dentro.
- Douglas Harding
http://presenciaconsciente.tumblr.com/post/98757976917/por-lo-general-el-hombre-mira-afuera-no-dentro
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