Farmville 2 en Facebook. (Captura de pantalla).
Psicólogos ambientales saben desde hace mucho tiempo que los encuentros con el mundo natural son buenos para nosotros. Pero ahora la naturaleza también puede encontrarse en nuestras vidas virtuales, en fotos que compartimos en línea, en los juegos que jugamos, incluso en las palabras que utilizamos. Y parece que eso ayuda a relajar y mantener nuestras mentes conectadas.
El ciberespacio está lleno de imágenes y lenguaje de la naturaleza. Por ejemplo, ¿El fondo de su escritorio cuenta con una cascada, un bosque o una playa? ¿Está usted cosechando tomates en Farmville, explorando exóticos territorios de World of Warcraft o paseando en una segunda vida? Tal vez, como algunos fans del Grand Theft Auto, que incluso comparten fotos de sus paisajes en Flickr.
Si es así, usted está experimentando estar cerca de la naturaleza a través de su teléfono, tableta o pantalla del ordenador. Y ciertamente es casi seguro que está haciendo algo bueno.
En la década de los ‘80, los psicólogos experimentales, Rachel y Stephen Kaplan, estudiaron los efectos de la naturaleza en las personas. Ellos encontraron que pequeños signos del mundo natural, “cerca de la naturaleza”, podrían tener efectos de bienestar. Estos
fenómenos, como ver algunos árboles a través de una ventana, podrían parecer insignificantes o muy lejanos, pero siguen desempeñando un importante papel en hacernos sentir bien y darnos sensación de satisfacción.
Kaplan encontró que las personas con acceso a entornos naturales eran más sanos que los que no. Y estos sujetos también experimentaron mayores niveles de satisfacción en casa, trabajo y vida en general.
Diseño Biofílico
La naturaleza cercana no tiene que ser bella o compleja, y sorprendentemente, no tiene que estar afuera para en realidad obtener sus beneficios. Muchos estudios que analizaron esto, fueron hechos en el interior; con el uso de imágenes en vez de realidad. El efecto es aún potente cuando se mira a través de una ventana o es visto en una fotografía o un vídeo. Una pintura, incluso un calendario de pared, puede tener un efecto de beneficio similar.
Estos hallazgos complementan escritos del biólogo E.O. Wilson sobre la liofilia, la atracción a la vida y a los procesos reales. También están vinculados con el diseño biofílico, un estudio de arquitectura liderado por el social ecólogo Stephen Kellert. El diseño biofílico conecta los edificios con el mundo natural para crear un ambiente donde las personas se sienten y funcionan mejor. Los diseños pueden incluir jardines, fuentes de agua, y las formas que imitan a la naturaleza como conchas y follaje. Habrá materiales naturales, mucha luz y espacios abiertos.
¿Un efecto natural?
Parece poco probable que el mundo digital ofrezca la misma clase de ambientes curativos. Pero hay un vínculo entre los resultados descritos anteriormente y los paisajes virtuales de hoy en día. Los beneficios de la cercanía a la naturaleza, en forma medible, a menudo ocurrieron estando frente a una pantalla.
En 2008, el intelectual neuro-científico, Marc Berman, informó que caminar alrededor de un parque produce más efectos beneficiosos que caminar en un entorno urbano. Su experimento consistió en destacar temas para luego probar sus resultados en ambos lugares.
El psicólogo Deltcho Valtchanov quiso probar la misma tesis en entornos virtuales, en tal forma que creó tres espacios de realidad virtual: una isla natural con cascadas, ríos, diferentes tipos de árboles, flores, plantas, hierba, rocas, una playa y suciedad en los caminos; un surtido de formas geométricas en tres dimensiones, incluyendo esferas de colores, cilindros, conos, rectángulos, y cajas cuadradas de varios tamaños; y un modelo a escala de la estación de Shibuya en Tokio, una densa zona urbana realista con edificios y calles a escala real, desconocida para cualquiera de los participantes.
El uso de métodos de Berman, probó las reacciones de 69 sujetos y se encontró que el espacio de la naturaleza virtual provocó un aumento de efecto positivo como felicidad, amistad, afecto, y alegría. Al mismo tiempo, disminuyó el efecto negativo como miedo, ira y tristeza. Los resultados en los otros dos espacios, las formas geométricas y la estación de Shibuya, fueron mucho menos marcados. Valtchanov concluyó que la naturaleza virtual tuvo mayor efecto que la realidad virtual.
Vivir bien en el mundo digital
Llamé a este fenómeno “technobiophilia” o atracción innata a la vida y a procesos reales que se encuentran en la tecnología, imágenes de la naturaleza cercana a nuestros teléfonos y ordenadores que pueden aliviar la fatiga mental. Mejoran nuestra atención, nos ayudan a hacer frente a la distracción, y en general, mejoran nuestro bienestar.
¿Qué podría suceder si experimentáramos conscientemente añadiendo technobiophilia a nuestras vidas conectadas? Compartimos ya con la naturaleza cercana cuando publicamos nuestras fotos en puestas de sol rosadas, jardines en flor y tranquilos lagos en la red. ¿Podríamos aplicar el diseño biofílico a nuestro hardware y software para ayudar a que nos sintamos mejor y rindamos más? Si lo hiciéramos, podríamos encontrar un equilibrio más saludable y productivo entre tecnología y naturaleza.
Sue Thomas recibe fondos de COST (Cooperación europea en ciencia y tecnología). Es autora de Technobiophilia: la naturaleza y el ciberespacio.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario