físicos, traumas emocionales, abusos, malos tratos en la infancia, agresiones y violación, son algunas de las razones más comunes para visitar a un practicante de la recuperación del alma.
La parte del alma, encarada con esta herida, huye. En sí mismo, esto es una acción de curación positiva o autoprotección. Sólo cuando la pérdida de esta energía empieza a tener efectos perjudiciales, la parte perdida del alma necesita volver. Así, la función del chamán en todas las culturas ha sido buscar los otros mundos para encontrar esos fragmentos y reunirlos con la persona que los ha perdido, o guiar al cliente de manera que él pueda encontrarlos por sí mismo. Esto es el retorno de esas partes del alma, lo cual explica el inmediato sentimiento de la totalidad por parte del cliente, aseguran los practicantes. El cliente es (-re) unido con su yo, con él mismo, y así por primera vez, realmente puede ver su verdadera situación y lugar en la naturaleza. PLANTAS DE ENSUEÑO El uso de enteógenos (sustancias capaces de revelar lo que de divino hay dentro de las personas) es habitual entre los chamanes. A través de los estados alterados de conciencia, los chamanes pueden sanar y ayudar a los demás. La naturaleza nos proporciona plantas como…
LA AYAHUASCA: Pócima hecha con lianas de la Banisteria caapi, planta trepadora común en la Amazonia. Contiene dos potentes alcaloides, la harmina y la dimetiltriptamina, que producen efectos alucinatorios.
LA BELLADONA: La Atropa belladonna era usada por los brujos y chamanes europeos para fabricar ungüentos. Contiene altas concentraciones de alcaloides como hiosciamina, escopolamina y atropina.
EL PEYOTE: Medicina visionaria mexicana por excelencia, se extrae de un pequeño cáctus sin espinas, el Lophophora williamsii. Fue el primer enteógeno en tener su principio activo aislado químicamente.
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